Friedrich Ratzel

Friedrich Ratzel (1844-1904) está considerado como uno de los fundadores de la geopolítica alemana, a la cual le legó un corpus teórico. Influenciado a la vez por el pensamiento científico de su época y el pangermanismo de la Alemania de Wilhelm, es uno de los primeros en haber teorizado las relaciones entre la «potencia» de un Estado, los pueblos y su extensión territorial.
Nacido en Karsruhe, en el ducado de Baden, vivió, cuando todavía era joven, el proceso de unificación de Alemania (1860-1870). De adolescente es aprendiz en una farmacia, y en 1862 pasa los exámenes requeridos para ser asistente de farmacia. Comienza entonces a ejercer este oficio, pero encara al mismo tiempo estudios de griego y latín. En 1866 abandona su puesto en la farmacia y se inscribe en la escuela politécnica de Karlsruhe, donde asiste a cursos de paleontología y geología. Éste es uno de los primeros contactos de Ratzel con la biología y el evolucionismo, que le dejarán una marca muy fuerte en sus trabajos. Se inscribe posteriormente en la Universidad de Heidelberg, donde sigue cursos de paleontología y zoología, y de donde egresa diplomado luego de aprobar una tesis consagrada a los oligoquetos. En 1869 Friedrich Ratzel publica su primer libro (Ser y devenir del mundo orgánico), donde ya se descubre en él un gran entusiasmo por las ideas de Darwin y Haeckel, aunque en esta primera obra el pensamiento de Ratzel no haya alcanzado aún la madurez y permanezca alejado de la geografía. En esta época, al realizar trabajos de terreno sobre el Mediterráneo, el joven Ratzel comienza a escribir artículos sobre la tierra y los pueblos mediterráneos para la revista Kölnische Zeitung [Diario de Colonia]. En 1870, a comienzos de la guerra franco-prusiana, Ratzel se enrola en el quinto regimiento de infantería de Baden. Algunos meses más tarde, es gravemente herido en la oreja (pierde la audición de un lado) durante un combate. En 1871-1872, en Munich, Ratzel se acerca a Moritz Wagner (1813-1887), zoólogo darwiniano, que ejerce sobre él una influencia permanente, especialmente en su visión organicista de los Estados y las naciones. Siempre en el marco de sus trabajos para el Kölnische Zeitung, Ratzel efectúa un gran viaje a América, pasando por Estados Unidos, México y Cuba. Se lleva una fuerte impresión de Estados Unidos, país al que consagra numerosos artículos. A la edad de 32 años, Friedrich Ratzel es nombrado profesor, en una época en que la geografía comienza a ser institucionalizada como disciplina universitaria en Alemania. Hasta entonces, no se puede hablar efectivamente de disciplina geográfica propiamente dicha en Alemania, aunque existieran desde hacía mucho tiempo cursos de geografía en las escuelas secundarias y en las universidades –por ejemplo, el filósofo Immanuel Kant había dado un curso de geografía en Königsberg entre 1756 et 1796, y desde 1807 Carl Ritter había sido nombrado profesor de geografía en un colegio secundario de Frankfurt, antes de ser, algunos años más tarde, titular de la nueva cátedra de geografía en la universidad de esta ciudad-. El acceso a este puesto de profesor de geografía es, indudablemente, lo que le permitió escribir obras más densas y pertinentes. A partir de los años 1870 se consagra más bien a sus investigaciones sobre América, pero su producción bibliográfica toma un auge considerable desde la década de 1880.
El primer volumen de su Antropogeografía data de 1882 y el segundo de 1891. En esta obra, Ratzel examina la influencia de las condiciones medioambientales sobre la evolución de las sociedades, antes de intentar, en el segundo volumen, de extraer “leyes”, fiel en esto a ciertos principios positivistas. Se puede decir que esta obra marca el comienzo de la geografía humana, aunque un poco más tarde, el empleo del término “geografía humana” por la escuela de Vidal de la Blache haya tenido por principal función distinguirse de la antropogeografía ratzeliana. En este sentido, Vidal de la Blache evolucionó sobre la cuestión, puesto que en el artículo que publica en 1898 en los Anales de Geografía sobre “La geografía política. A propósito de los escritos de M. Fréderic Ratzel”, afirmaba aún que la geografía humana y la antropogeografía eran sinónimos; sin embargo, cinco años más tarde, en la publicación de su Revista de síntesis histórica “La geografía humana, sus relaciones con la geografía de la vida”, el geógrafo francés había cambiado netamente de opinión.
Entre el primero y el segundo tomo de su Antropogeografía, es decir, entre 1885 y 1888, Ratzel publicó otra obra muy importante: Völkerkunde [Conocimiento del pueblo], dividida en tres tomos, el primero estaba consagrado a los pueblos primitivos de África, el segundo a los pueblos primitivos de Oceanía, y el tercero a los pueblos civilizados del Viejo y el Nuevo Mundos. En 1897, un tercer trabajo de envergadura, Politische Geographie [Geografía Política], marca un vuelco en la obra de Ratzel: aquí reaparece, llevada a un grado superior de sistematización, la aplicación de nociones biológicas en el estudio del comportamiento político de los pueblos, abriendo de este modo un campo de reflexiones que encontrará su resultado en los trabajos sobre el espacio vital y la expansión de los Estados. Esta obra es en muchos aspectos la más significativa de su autor, y es la que ejercerá sin duda la influencia más fuerte sobre la geografía de su tiempo. Tres conceptos fundamentales organizan el pensamiento de Ratzel en la Politische Geographie: la extensión (Raum), las« fronteras» (Grenzen), y la «posición» (Lage), que proporcionan los parámetros de lo que Ratzel denomina la organización política del suelo. Él desarrolla en efecto una teoría del crecimiento de los Estados concebidos como organismos biológicos cuya vida depende de la ocupación del suelo por un pueblo: pueden extenderse, contraerse, vivir, nacer, crecer, morir. Deben por lo tanto desplegarse sobre una extensión correspondiente a su evolución, lo cual puede justificar eventualmente una expansión de sus fronteras. Estas últimas son concebidas como un elemento importante para el desarrollo de un Estado, porque las formas de los Estados, delimitadas por sus fronteras nacionales, pueden respetar o no las fronteras naturales. La posición de un Estado desempeña desde entonces un papel importante en el estudio de su desarrollo. Generalmente una posición central es más ventajosa que una posición periférica; la presencia de un vasto Estado con «fronteras» contiguas a un Estado de pequeñas dimensiones conduce casi necesariamente a la anexión de éste. El concepto de posición se articula alrededor de dos ideas: Ratzel distingue un sentido amplio y un sentido estricto. En sentido amplio, la posición es entendida como “vínculo permanente con el suelo”, “la pertenencia a una cierta porción de superficie terrestre” (Politische Geographie, § 129), a partir de lo cual es posible deducir una posición natural («localización» geográfica en latitud y longitud) y una posición política (pertenencia política de tal porción de tierra correspondiente a tal posición natural). En sentido estricto, la posición es entendida como “vecindad política” (§ 151), es decir, comprendiendo el conjunto de las relaciones de influencia y de poder entre los Estados que pueden ser derivados de su posición geográfica respectiva.
Por lo tanto, las ideas de desarrollo evolutivo de los Estados concebidos como organismos vivientes y de anclaje de los individuos al suelo son muy sólidas en los escritos de Ratzel, aunque a veces es difícil distinguir en algunas expresiones entre la simple metáfora y un verdadero reduccionismo biológico. Numerosos comentadores ven allí un reflejo directo de la influencia, en Ratzel, de las ideas de Darwin, Haeckel, Spencer y sobre todo Moritz Wagner; en particular el concepto wagneriano de Lebensgebiet (territorio vital), que describe la dependencia de una especie de un «territorio» particular, está realmente en el fondo del controvertido Lebensraum (espacio vital) forjado por Ratzel en 1902. Conviene siempre subrayar que las tesis de Ratzel se sitúan en la confluencia de un abanico de numerosas influencias: de hecho es posible ver en la teoría ratzeliana del Estado, entendido como modo último de organización de las sociedades, un tributo pagado a la filosofía política de Hegel, tal como ella era al menos percibida a fines del siglo XIX. Resulta que en todos estos trabajos que corresponden al período de madurez de Ratzel, la marca más fuerte es la del positivismo y el evolucionismo característicos de su época; en su obra tardía se halla a veces una suerte de vuelta al romanticismo, de particular importancia en los textos que tratan sobre lo bello, sobre lo estético, sobre Dios, etc.
La influencia de Ratzel fue muy diversa según las épocas y los países. Ratzel ha sido durante mucho tiempo un autor muy controvertido, en razón de la utilización, por los nazis, de algunos de sus conceptos y tesis más centrales. El concepto político de Lebensraum, forjado por Ratzel para caracterizar el lazo indisociable (de orden político y psicológico) de ocupación de un suelo por un pueblo, tenía como objetivo principal apoyar su defensa del proceso de unificación alemana y de una expansión colonial a la medida de la practicada por otras grandes potencias europeas. Algunos autores ulteriores, en particular Karl Haushofer, reinterpretaron este concepto en un sentido racista e imperialista, orientado en particular hacia la Europa del Este –abriendo de este modo la vía hacia una recuperación no moderada por parte de los nazis-.
Numerosos geógrafos construyeron su pensamiento a partir de la lectura de Ratzel. No hay hasta Vidal de la Blache quien haya mantenido con él un intercambio constante, aunque la evolución de éste naturalmente lo haya conducido a destacarse del pensamiento de Ratzel. Él influyó además a los geógrafos anglófonos, como Ellen Churchill Semple, responsable de la traducción en inglés de las obras de Ratzel, y quien proporcionó una interpretación de su determinismo para los menos radicales.